La verdad no entiendo por qué!
Esas serpientes de odio que se esconden tras desiertos de engaño.
Puedo observar todo aquello que aqui no debería ir.
Espejismos que acuden en busca de realidades y aquellas mentiras que buscan ser reveladas.
Siento repudio hacia aquel que me parió, siento asco hacia aquel que con su orgullo su ego aumentó.
Lo que hoy no vale, ayer todo lo era y por quien lo vivía.
¿Es demasiado acaso, pedir un minuto de silencio?
Quiero gritar pero no puedo, él está allí, taponando mi garganta y con metales de ira me va matando lentamente.
No más.
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