Bienvenido al mundo de los sueños....

¡Adéntrate en mi imaginación!

lunes, 29 de junio de 2015

Yo.

A ti que no me lees...
Soy yo.
Soy yo quien te espera.
Soy yo quien te espera a mitad de la noche,
sentada bajo el cobertizo.
Te espero como niña queriendo dulce;
alocada y sincera.
Busco entre las sombras tu recuerdo;
te busco a ti, te busco a ti tan ausente y tan presente.
pues a pesar de todas las manos que hay,
solo las tuyas quiero entrelazar.
Me sofoca el ruido de las personas, no proviene de ti.
Los taxis, los buses, y la trompeta de las mañanas,
me tienen exhausta, me tienen rota, aletargada.
Estoy perdida en los confines de la tierra en la que no estás tú.
Repudio todo lo que no lleve tu nombre,
repudio tu intermitencia y más aún que me quieras a medias.
Róbame, tómame, llévame, vamos juntos donde quieras, igual sigo siendo yo.
Sigo siendo yo la que se desfonda, la que grita, la que solloza,
la que ríe, la que baila, la que canta a tu memoria.
Sigo siendo yo la que quiere miles de vidas a tu lado.
Y aunque sin ti estaré bien, contigo estaré mejor.
Mucho mejor, vida mía.






lunes, 9 de febrero de 2015

Dulce noche.

Respira, respira...
Toma un último aliento, camina derecho, no pienses en nada. 
Camina.

Septiembre 9, 1995.

Hora: 10:27 pm.

Lugar: Un callejón cuyo nombre no recuerdo, me dirige hacia la casa de Augusto.

Parada, frente a su puerta.
Ahí estoy,sin más posesiones que un largo abrigo negro y unos tacones en punta, con todos los recuerdos reproduciéndose uno a uno cronológicamente, con los ojos rojos y los labios resecos.

Me digo a mi misma; " Respira, respira...
Toma un último aliento, camina derecho, no pienses en nada. 
Camina".

Decido caminar hacia su puerta, despacio. Cada paso que doy va llevándome a lo que quiero, a lo que más deseo.

Soy solo un cuerpo anhelando otro cuerpo, no soy más que cuerpo de cuya alma desconozco, y no creo haber estado en paz con ella alguna vez, seguro hoy vuelva a mi.

Toco su puerta. El aire que sale por mi boca es frío, la noche nublada y mis piernas un poco temblorosas.
Augusto se dispone a abrirme la puerta, y yo tomo otro poco de aire.

Augusto abre su puerta y me permite pasar, estoy un poco tímida, hacía un tiempo no le veía; desde aquel incidente las cosas cambiaron y dejé de verle de la misma manera, mi sonrisa ya no inspiraba alegría sino más bien una melancolía de la que ya ni puedo hablar.

Él, como de costumbre, no está sobrio, seguramente terminó de consumir su botella de vino favorita, Cosecha del 69.

Hoy no vengo a deleitarle con mis bailes sensuales o mis estúpidos cuentos, vengo a algo más.

Me acerco hacia el un poco temerosa, recorremos el pasillo que conduce hacia su biblioteca, y lo tumbo en su asiento finamente bordado.
Me siento de espaldas sobre él y comienzo a mecer mi cuerpo en sus piernas; tomo la iniciativa y le beso, le beso el cuello, le beso la espalda. Cambio de postura y me encuentro sentada sobre él, frente a frente.

Suspiro y me levanto de sus piernas, desato mi abrigo, y le enseño mi ropa interior, traigo un liguero negro de encaje y las medias veladas que combinan.

Me sonríe con esa mirada maliciosa que traía aquella vez, como si quisiera consumirme, pero hoy no estoy dispuesta a dejarme consumir, hoy le consumo yo a él, y me llevaré hasta su último pensamiento.

Le digo que quiero probar algo nuevo y lo ato a la silla, comienza el juego.

En mi espalda llevo un cuchillo, el mismo que usó él para amenazarme una vez y declararme su "putica", así, sin más.

Comienzo por sus muslos, tomo el cuchillo y lo adentro en él despacio, desgarrándole hasta el alma, o lo poco que queda de ella, bajo con el arma blanca por todo el muslo derecho, me doy cuenta que no había escuchado mejor melodía que la de sus gritos,  me encuentro cegada, en mi cabeza todo está en silencio a excepción de una canción de piano suave, termino con el muslo izquierdo.

Espero unos treinta minutos para saber que se ha desangrado por completo, tomo mi tiempo para cortar cada extremidad lentamente, contar cada uno de sus dedos cayendo en el bello suelo de madera que sé que compró con su esposa; tomo su anillo de bodas y lo guardo en un pequeño bolsillo que tengo en mi abrigo, lo dejo como recuerdo.

Quiero hacerle más y más y más. Quiero dañarlo por completo, quiero que no quede nada de él, quiero destruirle, quiero borrar hasta la más mínima historia, pero me abstengo, espero que al menos pueda tener un funeral y si no, pues qué más da.

No me he demorado mucho, tan solo me tomó una hora lograr mi cometido, mi respiración está un poco agitada, le he matado finalmente. Me recuesto en el suelo a observarle detalladamente.

Finalmente ha muerto.


Hora: 11: 29 pm.

Lugar: La biblioteca de Augusto.

Logro: Ha vuelto el alma a su cuerpo.












domingo, 16 de marzo de 2014

Dudas...

A veces  veo la vida como de otro color, de otros matices, y entonces me pregunto ¿cuál es la diferencia entre un día u otro?
A veces me cuestiono los sentimientos ¿qué hace que hoy quieras a alguien y al siguiente quieras olvidarle?
De pronto, mi vida no es la misma, todas las personas cambian, se vuelven inertes en mi pensamiento, mueren como la hoja que cae del árbol hasta secarse.
Es el universo, gira todos los días, pero ¿por qué pretendemos girar con él? ¿por qué pretendemos cambiar las cosas que no cambiarán? Pensamos que el mundo es nuestro, cuando nosotros somos del mundo.
¿Qué hace que no solo la cuestión biológica nos haga ver la vida de manera tan distinta?
¿A partir de qué momento comenzamos a comprender que las cuestiones de amor, religión o política no son para todos las mismas?
No conozco manera de resolverme estas preguntas, a veces me ciño a los libros, las lecturas, pero aún así siento que falta algo, una respuesta, algo que impacte, hay un vacío, un extraño vacío.
Está todo confuso, mi mente revolotea por allí y por acá, esperanzada en buscar respuestas a cosas que ni sentido tengan, pero me rompe la jaqueca, el café se enfría y la televisión con sus mismos comerciales de politiquería barata.
Necesito algo, una luz, una persona o una velita, de esas que se derriten mientras mi madre cita su "Padre Nuestro".
Si fuera una luz tendría que ser una de esas que nunca se apagan, de esas que no tienen intermitencia, que están ahí, inertes pero dando vida, dando guía.
Pero si llegase a ser una persona, creo que sería algo así como indescriptible, que cuando le viera, simplemente me llenaran sus palabras o completara las mías. Si fuera una persona, tendría que tener una gran sonrisa, de esas que te abren los ojos, de esas que se te quedan en la memoria varios días, de esas que quisieras volver a ver.
Si fuera una persona, tendría que ser desconocida por mi grupo de amigos, o quizás por uno de ellos, si le conociera mañana, no sé si le reconocería pero quisiera, y así quisiera que todas mis preguntas, mis crisis y mis sueños se respondieran con solo tenerle cerca.

viernes, 24 de enero de 2014

¿Para qué?

Para qué un amor vacío.
Para qué un violín sin cuerdas.
Para qué la televisión sin un control.

Para qué mi cama sin tu calor.
Para qué el día sin sol.
Para qué la noche sin Luna.

Para qué miles de vidas felices si tú estás mal.
Para qué las ventanas sin vidrios.
Para qué la puerta sin cerradura.

Para qué el mar sin tierra.
Para qué la vida sin muerte.
Para qué amarte si no estás.

Para qué necesitarte si no lo entenderás.
Para que un beso si está vacío.
Para qué la Luz si no hay oscuridad.

Para qué.
Para qué tantas cosas bellas si no hay nadie que las vea.
Para qué tanto amor si no hay nadie que ame.
Para qué.

¿PARA QUÉ YO SIN TI?


lunes, 13 de enero de 2014

Te odio.

Te odio con sabor a te extraño.
Te odio en la lejanía del ser que te busca.
Te odio esperando mil besos, mil silencios, mil susurros.

Te odio anhelando cada paso,
en la lontananza de mi ser, un "Te quiero" perdido.

Te odio, pero no ese odio en el que quiero que mueras,
te odio de odiarte porque quiero que vuelvas.
No te me pierdas más.

Tú con tu mirada me muestras el espectro que soy,
Descubres el ser obnubilado tras esta pintura sin par.
No te escondas, no te quedes en la misantropía.

Ódiame, quiéreme, mátame, ámame.
Haz conmigo lo que quieras,
pero haz algo, que te quiero conmigo.

Deben ser tus labios,
Deben ser tus labios los que me incitan al pecado,
A caer en ese odio tan macabro y sutil,
tan obsesionado pero tan olvidado.
Deben ser tus labios los que me dicen que me extrañas,
cuando tu alma pura y blanca solo quiere alejarse.

Te odio con sabor a te extraño,
Te odio con sabor a Te amo.

domingo, 27 de octubre de 2013

Solo No.

¿Y qué importan las palabras cuando te las dice alguien que no vale la pena?
¿Qué importa que sonrías cuando nadie te ve llorar?
¿Qué importa que el trágico momento en el que casi mueres, nadie lo supo?
¿Qué importan las mariposas si no son azules?
¿Qué importa la vida si no estás conmigo?

En el desván un señor sentado, me mira,lo miro,
se sonroja y me advierte,
"Esos ojos marrones pronto dejarán de brillar".
En la puerta trasera, él, en la buhardilla, Yo.

De pronto aquel señor tenía razón,
Hoy mis ojos ya no sienten ni ven,
Les falta vigor para amar,
Ya no relumbran como estrellas,
Ese marrón ahora es un café igual a todos.

Están pero no sirven,
Comen pero sin hambre,
Oran pero sin fe,
Saltan pero sin cuerda,
Existen pero no viven.

Así nos pasamos la vida, fingiendo la calma,
Así nos pasamos la vida, fingiendo el amor.

No me digas que me amas, para luego botarme,
No me digas que eres feliz, si luego te vas,
No me digas que estarás, porque sé que te irás.

Repíteme el refrán, cántame con amor,
suéñame, bésame, abrázame.
Solo no me susurres un "Te amo"
Porque de esos ya he visto,
Porque de esos he conocido,
Solo no me digas "Adiós",
porque entonces me quebrarás con la espada,
y yo quedaré muerta, muerta en vida,
Muerta en la muerte misma.
Solo no, sólo no me digas "Adiós".




sábado, 20 de abril de 2013

Mesita de noche...

Otra vez, estoy aquí, sentada frente a mi alma, esperando que algún sentimiento, quizás el más mínimo, escriba esas palabras que no me atrevo a pronunciar.
Mi cama de nuevo se encuentra vacía, la luz en la mesa de noche, el tic tac del reloj. Se marcan las horas más pesadas, mi respiración se combina con mis latidos, y mis latidos con mis pensamientos.
Sólo la lucecita en mi mesa de noche, alumbra el cuarto, y como se imaginarán sólo alumbra el papel y la tinta que necesito para escribir.
Tomo apuntes, hago memoria de mi vida, y paro ahí, ese momento en el que decidí, toparme con su presencia.Allí, ese instante, es el que me trae al ahora, el que me llevará al mañana.
En la lontananza mi mente vagabunda, sumida en desesperación y desasosiego, espera encontrar de nuevo su camino.
Temo tanto de volver a despertar en esta situación, no quiero dormir, me asusta el hecho de hacerlo.
El ventanal de al lado, hace que traspase un rayito de luna, esa luna que me observa, pero no sé si me critica o me cuida.
Las lágrimas mojan el papiro...


Una gota de tinta mancha el suelo... y así muchas más, se adentran en la madera floja de la habitación...